lunes, 8 de octubre de 2012


Acusan a Microsoft de limitar el uso de software libre debido a la funcionalidad secure boot que implementará el nuevo sistema operativo y que permite al fabricante controlar qué programas se cargan al iniciar el ordenador mediante una clave.

La comunidad de usuarios Linux acusa a Microsoft de estar tendiendo una trampa al software libre con su nuevo sistema operativo. La polémica se ciñe sobre una modalidad de arranque que implementará Windows 8, el conocido como secure boot. El denominado “arranque seguro” no es una característica de la última creación de la factoría Redmond, sino del UEFI, una evolución clásica BIOS que se emplea en los ordenadores más modernos y en los equipos de Apple desde hace años. Mediante esta funcionalidad, el fabricante norteamericano podrá controlar qué programas se cargan al iniciar la computadora por medio de una clave. Pero, por otra parte, garantiza que aunque el PC esté infectado por un virus éste no volverá a cargarse tras un reseteo por no estar firmado por el sistema operativo. La otra cara de la moneda de esta herramienta es que tampoco Linux o cualquier otra aplicación no comercial contaría con la firma de la compañía de Bill Gates.

Así las cosas, tal y como se hace eco de la noticia la Asociación de Internautas, la reacción no se ha hecho esperar. “UEFI es una tecnología maravillosa, llena de posibilidades. Es una pena que Microsoft la utilice para evitar que con Windows convivan otros sistemas operativos”, explica a Teknautas Alberto Planas, desarrollador y programador de software libre. Según Planas y asociaciones como Hispalinux, Windows estaría exigiendo a los fabricantes informáticos la activación por defecto del secure boot como condición sine qua non para obtener la licencia oficial. En este escenario, la multinacional controlaría todo lo que se arranca en el ordenador por medio de una clave y ni siquiera un formateo del disco duro sería válido para revertir la situación.

Desde la compañía estadounidense admiten esta realidad con matices. De acuerdo con las explicaciones de los ingenieros implicados en el proyecto, Windows 8 exigirá a los fabricantes por defecto el secure boot, si bien dejarán “en manos del fabricante la última palabra a la hora de decidir quién gestiona los permisos de seguridad en cada equipo”. La versión oficial de la compañía es la siguiente: “el arranque seguro no es un bloqueo de los cargadores de sistema operativo -los que permitirían un arranque dual-, pero sí es política de la empresa que el firmware valide la autenticidad de los componentes”, para asegurar después que “el fabricante tiene el derecho a modificar el firmware acorde a las necesidades de sus clientes. Al final, Microsoft pone las medidas de seguridad y es el usuario el que toma su decisión personalmente”.

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